Incorporar aceite de oliva en la dieta de un perro puede brindar beneficios a su pelaje, haciéndolo más suave, fuerte y brillante debido a las vitaminas y antioxidantes que contiene el aceite. Sin embargo, es crucial moderar la cantidad, especialmente en perros obesos, donde puede ayudar a perder peso si se administra adecuadamente.
Por otro lado, el pan no debe constituir la base de la dieta canina y debe ofrecerse ocasionalmente y en pequeñas cantidades, evitando los tipos con conservantes y aditivos no recomendados para perros. Hay alimentos específicos, como el azúcar y ciertos tipos de huesos, que nunca deben darse a los perros debido a los riesgos de salud que implican.
¿Qué consideraciones debo tener en cuenta antes de ofrecer pan a mi perro?
Como mencionamos anteriormente, hay algunas consideraciones importantes antes de decidir ofrecer pan a nuestro perro. Entre las principales está que este alimento no debe constituir la base principal de la dieta del canino, ya que no aporta proteínas, sino que se trata de un carbohidrato cuyo consumo frecuente puede ser perjudicial para la salud.
Además, es crucial entender qué tipo de pan se puede ofrecer a nuestro perro y cómo. Esto se debe a que los panes industrializados suelen contener altos niveles de conservantes o aditivos, no recomendables para el consumo canino, además de los productos lácteos a los que podrían ser intolerantes.
¿Qué alimentos NO debo darle a mi mascota?
Si bien el pan puede formar parte de la dieta de nuestros perros, es importante tener en cuenta siempre lo que acabamos de mencionar: MODERACIÓN, BAJA FRECUENCIA Y COCCIÓN ADECUADA.
Sin embargo, hay otros alimentos que NUNCA debemos ofrecer a un perro, ya que son tóxicos y podrían causarle graves daños a su salud. Ampliaremos sobre cada alimento en otro artículo, pero la lista de los más peligrosos incluye:
Azúcar
El azúcar es tan perjudicial para los perros como lo es para nosotros, ya que también puede provocarles obesidad y diabetes, llegando incluso a causarles ceguera.
Huesos
Parece mentira, pero los huesos son realmente peligrosos para los perros: pueden causar rotura dental, obstrucción de la tráquea, perforaciones, desgarros e incluso lesiones internas.