La Reina Isabel II de Inglaterra ha sido conocida por muchas cosas a lo largo de su reinado, pero una de las imágenes más entrañables y constantes ha sido su indiscutible amor por los perros, especialmente por los Pembroke Welsh Corgis.
Estos pequeños caninos no solo han sido parte del paisaje real durante décadas, sino que también han ganado un lugar especial en el corazón de la gente alrededor del mundo, gracias a su estrecha asociación con la monarca. En este artículo, exploraremos la fascinante historia de los corgis de la Reina Isabel y cómo estos adorables perros se convirtieron en un símbolo del Palacio de Buckingham.
Origen de una Tradición Real
La afición de la Reina Isabel por los Pembroke Welsh Corgis comenzó en su infancia. Su primer corgi, llamado Dookie, llegó a la familia real cuando ella era solo una niña. Sin embargo, fue Susan, un regalo para su 18º cumpleaños, quien realmente cimentó el amor de la Reina por estos perros. Desde Susan, casi todos los corgis reales han sido descendientes directos, marcando una línea ininterrumpida que ha acompañado a la Reina a lo largo de su vida.
Los Corgis de la Reina: Más que Mascotas
Para la Reina Isabel, sus corgis han sido mucho más que mascotas. Han sido constantes compañeros, a menudo vistos a su lado en eventos públicos o mientras ella se relaja en los vastos terrenos de sus residencias. Se rumorea que tienen su propio “Corgi Room” en el Palacio de Buckingham y disfrutan de un menú especialmente preparado por chefs del palacio.
A lo largo de los años, la Reina ha tenido más de 30 corgis, todos descendientes de Susan. Los nombres de algunos de estos amados caninos incluyen Monty, Willow, Holly, Vulcan, y Candy, reflejando a menudo temas personales o referencias culturales.
Un Legado Duradero
La pasión de la Reina Isabel por sus corgis ha trascendido su propia vida, inspirando libros, películas y series de televisión. Estos perros no solo han simbolizado la ternura y el lado más personal de la monarquía, sino que también han aumentado la popularidad de la raza Pembroke Welsh Corgi en todo el mundo.
Los corgis de la Reina han sido testigos de momentos históricos, han conocido a líderes mundiales y han sido parte integral de la identidad real. Su lealtad y compañía inquebrantables han ofrecido un vistazo raro y personal a la vida de una de las figuras más públicas del mundo.
Conclusión
Los Pembroke Welsh Corgis de la Reina Isabel II han sido más que simples mascotas; han sido emblemas de su reinado y testigos de la historia en marcha. A través de ellos, hemos visto el lado más humano de la monarquía, una mujer dedicada a sus fieles compañeros. A medida que la historia de la Reina Isabel continúa desarrollándose, el legado de sus queridos corgis permanecerá como un recordatorio de su amor por estos caninos especiales y de los momentos de alegría que compartieron juntos.