La secreción nasal en los perros puede variar desde un flujo acuoso y claro hasta una descarga más espesa con sangre o pus. Esta condición es una manifestación de los órganos respiratorios superiores y, aunque es común y a menudo inofensiva, puede indicar un problema de salud grave si es severa o frecuente.
Una secreción nasal leve, caracterizada por pequeñas cantidades de mucosidad acuosa y ocasionalmente estornudos, puede ser simplemente una señal de ansiedad en el perro. Sin embargo, es crucial prestar atención a una descarga nasal persistente y espesa, que puede presentarse en cualquier color excepto transparente.
Síntomas asociados a la secreción nasal en perros:
- Ojos hinchados o lagrimeantes
- Disminución de la capacidad respiratoria a través de la nariz
- Dificultad respiratoria
- Secreciones en el pelaje facial y/o las patas
- Problemas dentales
- Mal aliento
Tipos de secreción nasal:
- Goteo nasal leve, que generalmente no es preocupante.
- Goteo nasal severo o crónico, que requiere atención veterinaria.
Causas comunes:
- Alergias: Respuesta inmunitaria al ambiente.
- Obstrucciones: Presencia de objetos extraños en las fosas nasales.
- Infecciones: Bacterianas o fúngicas en los senos paranasales.
- Parásitos: Ácaros nasales que infectan los senos paranasales.
- Problemas dentales: Abscesos, periodontitis, y gingivitis pueden extenderse a las fosas nasales.
- Cáncer nasal: Conocido también como adenocarcinoma nasal.
Diagnóstico:
Es crucial consultar al veterinario dentro de las primeras 24 horas para un diagnóstico adecuado. Mediante el uso de anestesia general, se puede examinar detalladamente el interior de las fosas nasales con un endoscopio. Este procedimiento permite identificar y, si es necesario, extraer cuerpos extraños o tomar muestras para análisis más detallados.
Tratamiento:
El tratamiento varía según la causa subyacente:
- Alergias: Pueden manejarse con antihistamínicos o evitando el alérgeno.
- Objetos extraños: Se retiran y pueden requerirse antiinflamatorios para prevenir infecciones.
- Infecciones bacterianas y fúngicas: Se tratan con antibióticos o antimicóticos, dependiendo de la severidad.
- Ácaros nasales: Se tratan con ivermectina.
- Problemas dentales: Limpieza dental y extracción de dientes, si es necesario.
- Cáncer nasal: Aunque de difícil tratamiento, la cirugía y la radioterapia pueden ser opciones si se detecta temprano.
Recuperación:
Siga las indicaciones de su veterinario, especialmente en lo referente a la medicación, y mantenga un seguimiento de la recuperación. Limpie las fosas nasales del perro regularmente para eliminar cualquier secreción o estornudo persistente. Además, asegure un ambiente limpio, acceso constante al agua y controle la salud dental de su perro con regularidad.