Content Reviewed by an Essentials PetCare Veterinarian
The Basics
Mi perro huele mal, ¿puede ser por las glándulas anales?
La carencia de higiene en las glándulas anales de nuestro perro puede ocasionar mal fragancia, con lo que es esencial revisar si nuestro perro tiene afecciones en esta región. Probablemente este sea el inconveniente si observamos que nuestro perro se protesta en el momento en que defeca o arrastra, se lame o mordisquea la cola o la región del ano.
No obstante, hay otros muchos fundamentos por los que nuestro perro puede olisquear mal. Entre ellos, los más habituales son las infecciones cutáneas, la otitis, la secreción de grasa y los inconvenientes gastrointestinales como la diarrea. En todo caso, lo aconsejable es asistir a un veterinario a fin de que determine el inconveniente si no lo observamos con claridad.
Qué son las glándulas anales de los perros
Asimismo conocidas como sacos anales, estas glándulas se usa para regular la lubricación y el marcado de las heces de nuestro perro. Están ubicadas a los dos lados del ano. Si imaginamos este como un reloj, estarían ubicados a las 4 ahora las 8. Tienen un tamaño aproximado de 1 cm. afín a una bala oa un garbanzo, si bien puede cambiar un tanto según el tamaño del animal.
Poseen un líquido maloliente, amarillento o cobrizo que es expulsado mediante un conducto que las conecta con la parte final del ano, a fin de que actúe como lubricante en la expulsión de las heces. El mal fragancia de este líquido cumple además de esto otra función, la de ofrecer un fragancia preciso a cada perro. Es la marca, la señal de identidad olfativa. De ahí que, en el momento en que los perros se avizoran el ano se están reconociendo unos a otros.
¿Qué causa el llenado en demasía de las glándulas anales?
Es esencial indicar que, en el caso de desórdenes de las glándulas anales, ámbas glándulas acostumbran a llenarse en demasía. Por consiguiente, la conclusión lógica es asumir que sea un inconveniente «técnico».
Comunmente las glándulas anales son despejadas de manera regular por el paso de las heces. Gracias a la presión hacia fuera, las glándulas anales se vacían (como en un sifón de nata). Si bien es un hecho popular que en ocasiones anomalías en la constitución del perro previenen el vaciado natural de las glándulas anales, la mayor parte de los inconvenientes se producen en heces bastante duras o bastante blandas.