Frecuentemente intentamos el tema del desafío y la pérdida de conocidos cercanos como algo bien difícil de enfrentar. En el momento en que es un acontecimiento tan importante como la pérdida de un familiar próximo, procuramos encararlo de la mejor forma viable y socialmente se nos comunica que es habitual e inclusive sano pasarlo mal, padecer, plañir y vivir un extenso rango de malas intenciones en este acontecimiento. No obstante, hay una pérdida que muy frecuentemente tenemos la posibilidad de padecer que no está vista como algo tan importante, en concreto la pérdida del perro de la familia.
Si bien cada vez es menos recurrente, todavía existe alguna creencia de que siendo un animal, el padecimiento por su pérdida habría de ser menor. Más allá de que es verdad que como humanos capaces de meditar más adelante y por consiguiente en la desaparición, sí sabemos de que la vida de un perro es mucho más corta que la humana, existen varios datos que hacen que su sepa se lleve a cabo un acontecimiento tan importante como la de algún otro individuo cercano.
De qué manera sobrepasar la desaparición de una mascota
Da igual si tus amigos o familiares no te comprenden o aseguran que eres exagerado por sentirte triste. Si tu perro o gato murió, tienes que expresar la tristeza y enfrentar la pérdida. Toma el tiempo que precises para atravesar ese horrible instante.
Si bien debas verter una cantidad enorme de lágrimas, no las reprimas. Saca todo tu mal a través del llanto.
Adversidades en el desafío por mascotas
Una de las considerables adversidades que tienen la gente en el momento en que su mascota muere, es que frecuentemente no tienen la posibilidad de admitir el desafío de cara a la sociedad. Entre los sentimientos que se genera, es sentir que la sociedad no deja expresar el desafío, esencialmente pues la situación no es “merecedora”. Bastante gente no desean admitir que no solo son animales, son nuestros amigos, nuestros compañeros. Esto es, piensan que la unión que se tenía con la mascota no es tan fuerte ni tan esencial para vivir el luto.
Se llegan a oír oraciones del tipo “si solo era un perro, tampoco hay por consiguiente” o “no pasa nada, te puedes obtener o adoptar otro”.
EL CAMINO DEL DOLOR EN EL SOSECO INTERIOR
“Con escasos seres tenemos la posibilidad de tener una cercanía mayor que con los animales que viven con nosotros, a los que observamos cada día, a lo largo de muchas horas y muchos años . Son nuestra familia mucho más próxima. Un perro o un gato se quedan en casa en el momento en que cierras la puerta durante la noche”, apunta.
“Su sepa se va a hacer que se encuentra en este país todos los días y se extenderá por todo nuestro hogar. De ahí que su pérdida es dura y el consiguiente desafío sea un desarrollo bien difícil”, remarca.
Diversos tipos de elementos para enfrentar el desafío
Unas líneas mucho más arriba charlábamos del Espacio Itaca. Hablamos de un centro en Zaragoza donde terapeutas y psicólogos proponen soporte en los procesos de desafío. Tienen una capacitación concreta para lidiar con la pérdida de animales. No es requisito abochornarse para sentir la necesidad de recibir asistencia y si ves que tras múltiples meses tras la desaparición de tu perro prosigues tan perjudicado que esto influye en tu día a día, esta clase de conjuntos de acompañamiento podrían ser realmente útiles. Si escoges llevarlo de manera individual, ten en cuenta que en ningún instante tienes que sentirte abochornado por el padecimiento que andas sintiendo. Tu perro fué un enorme compañero para ti y es lo mucho más habitual de todo el mundo extrañarle o plañir por la pérdida. Si lo precisas, coloca expresiones sobre tu mal, asimismo puedes catalogar fotografías o recuerdos. Los mucho más tradicionales lo van a hacer en una caja o libreta y los fanaticos del planeta digital tienen la posibilidad de llevarlo a cabo aun en Internet. Hay una comunidad para rendir un último homenaje a nuestro peludo. Tenemos la posibilidad de subir fotografías, vídeos, necrológicas y prender candelas virtuales en su memoria.
Ciertos tienen mucho más talento que otros en el momento de redactar algo emotivo sobre el perro. En 1981, en el momento en que el actor Jimmy Stewart dedicaba estas lindas expresiones para su amigo Beau en un programa de televisión, mucho más de uno (comenzando por él mismo y el presentador) debió parpadear varias ocasiones para retener las lágrimas: