Es común que nuestras mascotas hagan ver enrojecimiento de los ojos, pero este es un síntoma que no debe pasar inadvertido.
El ojo colorado tanto a los perros como a los gatos puede deberse a irritaciones provocadas por causantes ambientales o por modificaciones del globo ocular, así sea de la área ocular o en el interior y puede estar asociado a otras nosologías.
¿Qué es la conjuntivitis canina?
La conjuntivitis es una inflamación de la membrana conjuntiva. Esta membrana cubre la parte de atrás de los párpados y la área del globo ocular, hasta la córnea. La membrana conjuntiva está formada por una cubierta de células epiteliales con células secretoras de moco, y actúa como una barrera a la infección y cuerpos extraños.
Los síntomas mucho más usuales de la conjuntivitis son:
Epiescleritis
La episclerótica es la parte mucho más externa de la esclerótica (el tejido blanco) y, por consiguiente, epiescleritis en el momento en que es esa composición ocular la que está inflanada. Por norma general, y por no alzar las alarmas, acostumbra tratarse de una nosología benigna que responde realmente bien a los tratamientos, si bien, como siempre y en todo momento, va a depender del caso específico.
Tiene por nombre uveïtis a la inflamación de determinadas construcciones oculares como el iris o el cuerpo ciliar. La uveítis puede generarse por una infección bacteriana, úlceras en la córnea, anomalías de la salud sistemáticas, etcétera.
Entre sus síntomas están el mal, los ojos colorados, el lagrimeo, fotofobia (intolerancia a la luz), neblina en el ojo…
Las hemorragias
En estas situaciones, ciertas ocasiones hacen que el color colorado se asoma a los ojos. Procede del derrame sanguíneo derivado de un traumatismo -que puede ocasionar otros inconvenientes como la caída de los dientes-. Hay que eludir que este inconveniente logre proceder a mucho más. Varios perros tienen la posibilidad de golpearse la cabeza al jugar o correr, con lo que hay que estar muy atentos en frente de esta clase de golpes.
Es una inflamación de determinada gravedad del cuerpo ciliar o del iris, con lo que necesita una atención veterinaria instantánea. Además de la irritación ocular, puede comportar lagrimeo y fotofobia.
Úlceras corneales
Una úlcera es una herida que hace malestar, fotofobia, mal y lagrimeo. En un caso así son lesiones en la córnea.
El régimen mucho más frecuente para esta patología es un colirio antibiótico, si bien a veces se puede llegar a la cirugía oftalmológica.