Es muy habitual que a un perro le acompañe como juguete una pelota. De tenis, de fútbol, de baloncesto… es una de esas cosas que contamos interiorizadas. A un perro le agrada jugar con balones. Además de esto, si tu perro es activo y enérgico la pelota es un compañero inseparable que va al paquete: perro + correa + pelota. Es común ver al perro de aguas, al pastor alemán o al americano con la pelota en todos y cada recorrido. Pero verdaderamente a los perros no les agradan los balones, nosotros hacemos que les agraden hasta límites nunca pensados, creamos ionkis genuinos de los balones que son inútiles de llevar a cabo algo que no sea llevar el balón en el momento en que lo tiramos. Perros que ignoran estímulos de que la naturaleza hizo atractivos para ellos para divertirse con la pelota, pelota que en la naturaleza no existe.
Frecuentemente nos consultan sobre perros nerviosísimos, activos, que no tienen idea qué llevar a cabo con ellos, y sucede que llevar a cabo medrar el planeta del perro cerca de una pelota puede traer muchas secuelas negativas y frecuentemente los dueños no son conscientes.
El instinto de persecución
Si bien el instinto natural de caza-matanza-devoración del perro domesticado fué frenado por medio de los años de cría selectiva por la parte de los humanos, hay un instinto natural que todavía es tan fuerte como siempre y en todo momento: el instinto de persecución. En la naturaleza, los perros tienen múltiples animales pequeños para su exitación de acoso.
Pero los perros familiares que viven en viviendas no tienen a perseguir a estos animales. Salvo, naturalmente, las pelotas, en especial las del tamaño de una pelota de tenis. No te confundas; el instinto de un perro le transporta a perseguir bicicletas, aun turismos, cavar orificios, romper juguetes de peluche e inclusive agredir extraños para resguardar su territorio. Pero nada lúcida tanto el deseo de un perro como correr tras estos pequeños elementos redondos.
¿Qué llevar a cabo si tu cachorro persigue bicicletas, motocicletas o gente corriente?
En general esta reacción instintiva actúa desde el momento en que el perro es muy joven, aun desde perros chiquitos tienen la posibilidad de enseñar un inusitado y obsesivo interés por perseguir elementos o personas que se mueven de manera rápida cerca de usted. Si observamos esta clase de accionar, debemos detenerlo, anticipándonos a su reacción: tan rápido apreciamos que el cachorro se prepara próximamente a ‘acechar’ y perseguir, hay que distraer su atención velozmente, con algún juguete o llamando -le por su nombre, por poner un ejemplo, y una vez pasó la alarma persecutoria y cesa en su interés por perseguir, le premiamos.
Es esencial ser precisos en el instante de la recompensa, que solo vamos a dar en el momento en que el cachorro abandone la conducta de persecución, puesto que, si no lo realiza de esta manera, el cachorro interpretará que nos encontramos premiando este hábito arriesgado.
Gatos
Esta es indudablemente entre las imágenes y de los tópicos mucho más populares de nuestras mascotas. Parece que perros y gatos no se llevan bien. En verdad, aun se formó una conocida oración habitual que se emplea en el momento en que 2 personas no se comprenden: “Se llevan como el perro y el gato”.
No obstante, en el momento en que un animal persigue a otro, generalmente es para comérselo, y está claro que los perros no comen gatos, ¿por qué razón los persiguen entonces?